La llamada (III)

Maira cogió el movil de su bolso y marcó el teléfono de Andrea.
Andrea era su mejor amiga, era una joven psiquiatra recien licenciada que, gracias a unas inmejorables notas y una reputación impoluta, encontró trabajo en el hospital psiquiátrico de la ciudad donde vivían.

A- Si, hola Maira, que te cuentas?
M- Hola Andrea, tengo que verte, me ha pasado algo realmente increible, tía.
A- De que se trata? no... no me lo digas, te ha vuelto a llamar el plasta de Jacob, a que si?
M- No que va, de echo estoy pensando en llamarlo yo. Pero bueno esa no es la cosa...como lo tienes para tomar un café.
A- Mira, en media hora tengo que salir, así que si te parece me escapo y nos vemos en el bar de Rodri.
M- Genial tía, pues nos vemos allí.

Maira se levantó apresurada, apagó su cigarro y fue a su habitación a cambiarse la camiseta de "The Doors" por una roja de manga corta sin motivos ni dibujos, ella era así, indecisa hasta el último momento.
No encontraba las llaves del coche, así que cogió las de recambio, que siempre se encontraban en el mismo cajón.

Caminaba hacia la terracita del bar de Rodri, mientras sonreia a Andrea, que ya estaba esperando con una cervecita bien fría.

M- hola querida, que tal tus locos?
A- hola, bien ahí andan dando vueltas sobre si mismos. A veces los envidio.
M- lo que te comentaba por teléfono, me ha pasado algo increible -mientras sacaba la caja para mostrársela.
Andrea cogió la caja, la abrió y sorprendida observó la muela y leyó atentamente la carta.
A- que coño es esto? apología a la antropofágia o algo así?
M- ja, ja, ja, que va, no te parece extraño? por que a mí, si.
A- si, claro, verdaderamente me parece muy extraño, y que vas a hacer?
M- pues no lo se, no tengo ni idea de por donde empezar a atar cabos.
A- bien puedes hacer lo siguiente:

A) Déjamela que se la dé a Pol, que trabaja en un laboratorio y se está convirtiendo en un loco científico en vez de palenteólogo, creo que dentro de poco lo tendré como paciente, je, je, je.

B) Ves aquella papelera? pues archiva la caja con su carta y su muela allí y olvídate de esta historia descabellada.

C) Vuelve a enterrarla donde la encontraste, igual brota el arbol de la sabiduría eterna.

De ti depende...