
Como os comenté en el post anterior, me he ido tres días a Irlanda, concretamente al Condado de Cork, que al contrario de lo que pensábamos, nos ha hecho un tiempo totalmente español, a 24 grados estábamos y nosotras con los maletones de ropa de invierno.
Nuestro periplo, por supuesto empieza en el aeropuerto como aquí podéis ver, lo contenta que se nos ve, aunque yo tengo cierta tendencia a la narcolepsia cada vez que subo a cualquier medio de transporte, así se me hacen los viajes más cortos.
Cuando llegamos, sobre las once de la noche, cogimos un taxi y nos dirigimos hacia el

"Garnish hotel", que la verdad cuando lo vimos al llegar pensamos "mira que cosa más mona". Nos atendieron con la amabilidad que ca

racteriza a los irlandeses, pero de quedarnos en el hotel, nasti de plasti, cogieron nuestras maletas y nos cruzaron la calle y nos llevaron a una casita...en la que esperábamos en cualquier momento que apareciera Norman Bates, la casa daba grimita, aunque luego por dentro no estaba tan mal.
Al día siguiente nos pusimos las pilas, con la intención de hacer alguna excursión para ver algo interesante y la verdad es que el día cundió bastante.

Nos fuimos a la estación de autobuses y allí cogimos el bus 224 que nos dejaba en Blarney, por supuesto fuimos al castillo a besar la famosa piedra de la elocuencia, que subir hasta la piedra manda güebs, son 27m hacia arriba por unas escaleras de caracol que como fueras un poquito anchita de caderas no entrabas ni de coña. La piedra está en un torreón y es muy curioso, por que para besarla, tienes que tumbarte boca arriba descolgar el tronco (me refiero a la parte del cuerpo superior) al vacío y besarla, no aptos para los que tengan vértigo, pero espectacular.
Los parajes que envuelven al castillo, que voy a decir...espectaculares, tienen unos parques y unos jardines, que ya quisiéramos tener la mitad de zonas verdes que tienen esta gente, claro que el clima no es el mismo.
Cuando acabamos de ver Balrney, que a parte del castillo no tiene mucho más que ver, volvimos a Cork y corriendo otra vez, nos fuimos a la estación de tren hacia el pueblo de Cohb, que era famoso por que había estado atracado el Titanic, la verdad que poca historia más tiene el pobre pueblo, a parte de una catedral impresionante.
Aprovechamos el super buen tiempo que hacía y decidimos comer en el puerto, que era bastante parecido a lo que tene

mos por aqui, aunque el servicio no destacaba por su rapidez, pero la comida no estaba mal.

Por supuesto pongo otra foto, posando en las que dicen eran una de las puertas del Titanic, no se si es verdadera o una réplica, de todas formas estaba muy chula...y anda que yo!
Cogimos tren de vuelta hacia la ciudad con la intención de hacer shopping, pero nuestra sorpresa fue que a las 6 de la tarde estaba todo cerrado, alucinante!! los sábados y los lunes abren a las 12 del medio día y el resto a las 10, y se cierra cada día a las 6, eso son horarios de trabajo, leches!
Por lo tanto nos vimos muy obligadas a hacer una paradita y tomar una cervecita en una terraza, que otra cosa íbamos a tomar estando en Irlanda, no?
